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Los crímenes de Stalin / León Trotsky. – Santiago de Chile : Zig-Zag, 1938. – 364 páginas. – (Obras de Actualidad).

Notas: Crítica del Régimen Soviético de Stalin.

Contenido: 1. En Noruega “socialista” – 2. A puertas cerradas – 3. Acerca de mi reclusión – 4. El Atlántico – 5. Episodio significativo – 6. Zinoviev y Kamenenv – 7. ¿Por qué han confesado crímenes que no han cometido? – 8. “La sed del poder” – 9. “El odio a Stalin” – 10. El envío de terroristas a la U.R.S.S. – 11. En México – 12. En la víspera del segundo proceso – 13. Discurso en el mitin del Hipódromo de Nueva York – 14. La investigación preliminar en Coyoacán – 15. Necesidad de una encuesta – 16. ¿Es posible la encuesta desde le punto de vista político? – 17. El dictamen pericial del profesor Charles Bird – 18. De un dictamen pericial “puramente jurídico” – 19. Autobiografía – 20. Mi situación jurídica – 21. Las tres categorías de pruebas – 22. Las series matemáticas de la impostura – 23. Base política de la acusación de terrorismo – 24. El asesinato de Kirov – 25. ¿Quién ha fijado la lista de las víctimas señaladas por el terrorismo? – 26. Base política de la acusación: el sabotaje – 27. Base política de la acusación: alianza con Hitler y el Mikado – 28. Copenhague – 29. Radek – 30. El “testigo” Vladimir Romm – 31. El viaje de Piatakov a Oslo – 32. El viaje maravilloso de Piatakov a Kjeller – 33. Lo que ha sido refutado en el proceso Piatakov – 34. El procurador es un falsario – 35. Teoría del “camouflage” – 36. El porqué de estos procesos – 37. La decapitación del Ejército Rojo – 38. Stalin sobre sus propios fraudes – 39. El comienzo del fin.

Reseña del editor: Es penoso vía-crucis el que ha correspondido al antiguo camarada y amigo íntimo de Lenin, León Trotsky, organizador que fue de la defensa armada del Soviet y perseguido ahora por la corriente que se ha impuesto a la cabeza de la U.R.S.S., o sea, de Stalin el Terrible y sus secuaces. Trotsky ha condensado en estas páginas la lucha desigual que viene sosteniendo contra el poder de sus adversarios los stalinistas. Habría que ser un monstruo de indiferencia moral y de egoísmo para no interesarse ante el espectáculo ofrecido por un hombre como Trotsky, que compartió con Lenin la responsabilidad y la gloria de la destrucción y reconstrucción de un mundo político secular, y que después no ha contado, entre todas las naciones, con un pedazo de tierra en que posar la planta ni fijar su tienda de peregrino.

Ejemplar de la Biblioteca Dante Tomassini

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